El fenómeno de La Niña afecta las costas antofagastinas

El 20 de junio dio inicio la época invernal que se extenderá hasta el 22 de septiembre, en la que se presencian cambios climáticos notables en la costa chilena. En específico, se presencia una alteración del modelo de circulación, denominado como el fenómeno de La Niña, que se caracteriza por una disminución de las temperaturas y un aumento de las precipitaciones.

Los fenómenos climáticos conocidos como El Niño y La Niña, según académicos, no serían procesos localizados vinculados meramente a los cambios estacionales, sino que son eventos globales que representan repercusiones directas en las costas antofagastinas. Estos fenómenos, que forman parte del ciclo El Niño Oscilación del Sur (ENOS), provocan fluctuaciones atmosféricas y cambios en la temperatura del océano.

El doctor en oceanografía biológica de la Universidad de Antofagasta (UA), Marcelo Oliva Moreno, afirmó que “la tierra no tiene compartimentos aislados. En el caso particular de Antofagasta, podríamos ver un año más frío. Incluso, también ocurre el fenómeno de la corriente de Humboldt, que produce una gran productividad biológica por el desplazamiento de agua fría y materia orgánica. Sin embargo, esto produce un efecto negativo, ya que trae consigo un ambiente de oxígeno agotado, conocido como los ambientes anóxicos e hipóxicos”.

Un ejemplo de lo que indica el investigador es la mortandad de peces ocurrida en Mejillones en el 2017, donde se presentaron lechos anóxicos que afectaron organismos marinos, generando toneladas de material orgánico en descomposición en el fondo marino.

Es por ello, que los científicos y meteorólogos de la región se centran en detectar estos fenómenos mediante satélites y señales flotantes, permitiendo visualizar las alteraciones del nivel del mar, la temperatura, las corrientes y vientos en la banda ecuatoria