El éxito puede enfermarte
Por Ana Rízia Caldeira
Pruebas, talleres, clases, prácticas, teorías y presentaciones. Las exigencias clasificatorias de los alumnos universitarios han evolucionado con el tiempo y los niveles de estrés detectado en ellos es cada vez más alto, siendo uno de los factores que vienen perjudicando la calidad de vida y estado psicológico de ellos en los últimos períodos de clases.
El tema de la salud mental en las universidades comenzó a ser discutido en los Estados Unidos y Europa hace más de 60 años. Reconociendo que los jóvenes pasan por una etapa natural de vulnerabilidad desde el punto de vista psicológico, se discutió que la responsabilidad de ayudarlos debe ser, entonces, de la institución a la que pertenecen.
Un buen ejemplo de aplicación de esto se encuentra en la UCN, que mantiene desde la inauguración del Centro de Salud el programa de Atención Psicológica, que atiende anualmente a aproximadamente 180 estudiantes de la institución. El programa ofrece a los estudiantes apoyo psicológico con el objetivo primordial de promover la prevención, atención y desarrollo personal del usuario, además de fomentar la calidad de vida, la salud mental, así como el crecimiento y fortalecimiento de habilidades y recursos personales, como explicó la enfermera y jefa en el área de salud psicológica del centro, Carolina Soledad Yañez.
A través de la supervisión periódica y orientación psicológica de manera individual, el programa consta de cuatro sesiones pudiendo ampliarse dependiendo de la necesidad: intervención en crisis, consejería, psicoterapia breve y focalizada. “Existen otros psicólogos que hacen también la orientación vocacional y profesional, de cambio de carrera y otros aspectos relacionados a los temas académicos”, comentó Carolina.
La mayoría de las investigaciones centradas específicamente en la salud mental de los estudiantes universitarios se han focalizado en detectar la presencia de síntomas emocionales, particularmente de sintomatología ansiosa y, especialmente, depresiva.
Estudios realizados por la revista New York Times en 2010 indican que unos de los problemas que afectan a los jóvenes durante la vida académica son los trastornos de ansiedad, de depresión, de la personalidad, consumo abusivo de alcohol y drogas e inclusive el aumento de peso, debido al sedentarismo y consumo de comida chatarra.
La recomendación de Carolina es que se realicen las consultas cuando sean notados tales comportamientos o en cualquier situación de insatisfacción personal, social y familiar. De manera tal que se puedan tratar estos problemas a través de la psicología y se evite que obstaculicen de algún modo el pleno desarrollo en lo social, emocional y/o académico.
La especialista agregó que: “En todo momento de la vida es importante cuidar de la salud. Particularmente la mental, en el grupo etario que comprenden nuestros estudiantes. Esto debido a que en ellos existen factores de riesgo que no se encuentran en los adultos o niños, por ejemplo, y que por ende requieren una atención mayor”.
Otro de los problemas principales a nivel psicológico entre los jóvenes universitarios son los comportamientos en la vida social. Aspectos claves, como las redes sociales, son una de las herramientas modernas que afectan esta cuestión, una vez que han generado un mayor exilio de los convivios reales entre las personas.
Para la jefa de salud mental, estar distante de la comunidad y “pegado” a los móviles es un factor de riesgo, pues tener amigos reales, participar de grupos y distintas actividades físicas promueven la interacción y a su vez protegen la integridad mental, mientras que el uso desregulado de la creciente tecnología puede alejar tales interacciones.
Una manera adoptada por el estudiante de psicología, Fernando Álamo, para conciliar sus estudios y mantener sana la mente es la organización del tiempo y de sus relaciones con las personas a su alrededor. “Así es más fácil lograr un equilibrio entre los estudios y la vida social junto a la gente querida, como amigos y familia”, contó.
Él también cree que el éxito académico es una puerta para cuantiosos desequilibrios emocionales. “Sin lugar a dudas la universidad significa el comienzo de una nueva etapa en la vida de muchos adolescente y jóvenes, en que las responsabilidades aumentan. Ellos se plantean muchas metas que si no son cumplidas implican estrés y alejamiento de los momentos sociales”, dijo.
El hecho de que muchos de los alumnos de la universidad no están dispuestos a pasar tiempo con su familia o viven solos también genera un deterioro de la calidad de vida, por eso es importante que ellos principalmente sean conscientes de los riesgos y cuiden su estabilidad mental.
Es el caso de la estudiante de arquitectura, Nathalia Marques, brasileña que participa del programa de intercambio de la UCN y periódicamente se consulta con la psicóloga del centro. Para ella, el seguimiento no sólo es capaz de ayudar a los pacientes frente a las presiones de la carrera, sino que también ayuda en un proceso distinto de su vida. “Encontramos mucho en esta fase de la vida. Nuestra cabeza y visión del mundo pueden cambiar, ya que nos estamos moviendo en la edad adulta. Puede ser difícil, especialmente para aquellos que van más allá.”
Nathalia relató que busca ayuda también cuando se crea la necesidad de hablar y compartir aspectos de su rutina lejos de las personas con quien siempre ha vivido. “Para mí es una gran diferencia tener a alguien que pueda escuchar y darme apoyo, además de asesorar sobre qué hacer cuando no estoy bien. Me di cuenta de los cambios entre el momento en que empecé la universidad sin ayuda psicológica y ahora que puedo participar en esta orientación.”
Finalmente, Carolina Yáñez destacó que aunque una persona sienta que no necesita atención de este tipo, cuando note cambios en su propio comportamiento, estado de ánimo o niveles de descanso, siempre es recomendable realizar una consulta con un médico especialista o entendido de la psicología, que dentro de la Universidad, además, resulta gratuito.