Patricio Guzmán, guardián del pasado en un país sin memoria
Por Nicolás González.
Si hay algo que por décadas le quitó el sueño a Patricio Guzmán, es la incansable reflexión sobre la memoria de Chile, un país que insiste en olvidar, cultivador de la amnesia colectiva y que obliga a siempre le recuerden su pasado. El cineasta de hoy 76 años, ha aplacado esa intranquilidad y la de otros compatriotas asertivamente a través de sus documentales, cada uno con elementos fílmicos que los hicieron únicos.
El hecho de que “La batalla de Chile” fuera lanzada 21 años después de su estreno en Francia, confirma esta manera de ser que tiene este país.
Qué abrumante debe ser para Guzmán pensar en lo historiográficamente importante y reconocido que es él, considerado además que su material es el mejor documental de Chile, y se insista en tratarlo como un archivo clasificado.
No solo retrató los años previos a la dictadura, sino que 20 años después del retorno a la democracia, recreó artísticamente en una película el daño que ocasionó a Chile el régimen de Pinochet, con la mención de algunas de las más de 40 mil víctimas. “¿A quién más se le hubiera ocurrido que buscar durante años los restos de los detenidos desaparecidos en el desierto de Atacama, sería tan desolador como buscarlos a través de un telescopio en el espacio exterior?”, eran algunas de las reflexiones del autor.
“El botón de Nácar”, relata de manera magistral la importancia que tiene el agua como un elemento que transmite el impulso de las estrellas hacia las criaturas vivientes. Guzmán plasmó profundos pensamientos que recrean la relación que tiene los indígenas patagones perdidos y los prisioneros políticos, quienes terminaron en el mismo océano, a causa del modus operandi de la autoridad.
La herida que dejó en la historia la dictadura violenta y cruel, necesita ser mostrada didácticamente, pues se trata de nuestro pasado reciente, y comprenderla significa interiorizar el antecedente directo antes de nuestro mundo actual.
¿Servirá el trabajo del documentalista de ejemplo para que futuras generaciones se atrevan a buscar historias con vínculos entre cosas totalmente impensadas? Lo que hay de cierto es que su estilo es algo sin precedentes en la cinematografía, que logra ahondar en aquellos tópicos que no siempre tienen la oportunidad de brillar. Hoy, más que nunca, es obligación continuar recabando en el pasado, para entender más sobre nuestro presente.